Contrato contratodos

El gobierno de Aznar tuvo una política de inmigración aparentemente errática. Manga ancha para la entrada de cientos de miles de personas, y unas normativas poco claras en cuanto a trámites para permisos de trabajo, residencia y solicitudes de nacionalidad. Estaba claro que sin gente nueva que cotice, el envejecimiento progresivo de la población sería un problema muy grave. Para los recién llegados en busca de una vida mejor, o menos peor por lo menos, conseguir los papeles era un vía crucis sin sentido: no daban permisos de trabajo sin contratos, ni permitían hacer contratos sin permiso de trabajo. Pocos afortunados podían volver al consulado español en sus respectivos países con un precontrato para solicitar el visado especial. Solicitarlo, y esperar a ver si hay suerte. Quienes lo consiguieron, cotizaban y aportaban, pero eran pocos en proporción al alud que se «dejó» entrar. El resto, conformaron una bolsa de mano de obra baratísima de la que se aprovechó especialmente el campo y la construcción. O sea que, de errática esa política no tenía nada…

Hacia el año 2000, si os acordáis, se tuvo el humanitario gesto de permitir el alta en la Seguridad Social a quienes estuvieran empadronados aunque no estuvieran en situación regular; fue una polémica que surgió cuando empezaron a haber casos de niños, hijos de esos inmigrantes, necesitados de medicina, pero sin recursos. El gobierno de Aznar tuvo la bondad de dar médicos gratis a quienes estaban levantando el país sin ninguno de los derechos de los trabajadores.

Ese panorama se encontró el gobierno de Zapatero, que no tuvo más remedio que iniciar un proceso de regularización y poner normar claras para los que quisieran venir a partir de ese momento. Fue muy duro, no había funcionarios suficientes para tanto trabajo, y lejos de ser coser y cantar, los aspirantes a ser legales tuvieron que aguantar de todo y esperar bastante. Pero por lo menos tenían las cosas claras y una luz al final del túnel.

Hoy en día son pocos los ilegales, pero socialmente se empieza a ver el resultado de recibir tal cantidad de gente en tan poco tiempo sin unas políticas de integración intensivas y eficaces. Una bomba de relojería que nadie sabe bien por dónde atajar. Lo que en el resto de Europa viene siendo un problema hace décadas, aquí ha sido todo en un visto y no visto.

A estos problemas de integración se suma ahora la desaceleración del mercado inmobiliario. El paro por las nubes, principalmente de esos inmigrantes regularizados para la construcción. ¿Qué hacer? El PSOE está implementando medidas para recolocar esa nueva mano de obra desempleada. A todos, sin distinción, españoles e inmigrantes.

El PP, no. Mariano Rajoy ha salido con una brillante idea: el contrato de inmigración. No lo he leído entero, pero por lo que dicen los medios, es algo fastuoso. Harían firmar un documento a quienes quieran venir a trabajar a España, comprometiéndose a ser buenos, integrarse unilateralmente, aprender el idioma y las costumbres, y ducharse. No es broma: el contrato establece normas de higiene, han pensado en todo. Y a que si no encuentran trabajo en un tiempo equis, se volverán a su país de origen.

Dejando de lado el oportunismo y la irresponsabilidad de arengar a las facciones más reaccionarias de la sociedad (porque todo sea dicho, hay bastante gente racista y xenófoba, tienen su nicho), me surgen algunas preguntas. En estas normativas, ¿entrarían por ejemplo los ingleses y alemanes que viven en las islas y la Costa del Sol y no hablan ni papa de español? ¿Se les va a obligar? ¿Y qué pasaría con los inmigrantes con hijos españoles? ¿Se tendría que marchar toda la familia si los padres no tienen trabajo? Los inmigrantes con permiso de residencia pueden solicitar la nacionalidad después de entre 1 y 5 años, dependiendo de diversas situaciones (puede llegar a 10, pero lo normal es 1 ó 2); una vez españoles, ¿también cuentan para lo de expulsarles?

Y pensando pensando, en el tema este del paro, claro, obvio, no van a estar chupando del tarro del desempleo una multitud de vagos inmigrantes. Pero no es racismo, en realidad para los españoles parados de larga duración también se debería encontrar una solución. No tienen país de origen al que ser devueltos, pero se les puede enviar a lugares donde falte mano de obra, no sé, Teruel o el que venga al caso, y ponerlos a hacer trabajos aunque no quieran. Y si nada de eso funciona, matarlos y listo, que la cárcel también es vivir gratis.

No sé si me pega o no hacer posts políticos de estos, pero me está empezando a pegar. En USA es de lo que más se habla en los blogs. Son un medio muy apropiado para expresar ideologías, y de un tiempo a esta parte he redescubierto lo importante que es para mi la ideología (estoy pensando en unos eventos de mi vida concretos, hace poco menos de un año). Sobre esto y muchas otras cosas que dice y hace el PP, hay quienes podrán pensar que qué más da. Así son, y si salen elegidos y se implementan estos mecanismos, sería el deseo del pueblo soberano y tampoco es tan grave.

Pues si, si salen elegidos habrá que aguantar el tirón. Pero aún no han salido, y asuntos como éste deberían abrir los ojos a la gente indecisa, esa que inclina la balanza. A los fascistas no se les puede convencer de nada, lamentablemente. Pero a todos los demás, como dice la canción: «If you tolerate this, your children will be next»…

Etiquetas: blogs, gay, inmigracion, PP, Psoe, racismo, rajoy, zapatero